La metamorfosis de Electric Light Orchestra
De The Move a ELO, el camino fue largo y sinuoso hasta lograr el éxito anhelado.
En los días en los que mi amor por el rock progresivo británico me impedía ver un bosque mucho más amplio en el mundo del rock, llegué a Electric Light Orchestra (ELO). Los vendedores de las tiendas de discos eran guías espirituales (como los libreros) que nos marcaban el camino a seguir a partir de asociaciones y vínculos normales y naturales entre grupos. Gracias al rock sinfónico supe de la existencia de la banda liderada por Jeff Lynne. Sin embargo, y a pesar de las buenas referencias como exponentes fundamentales del art-rock, fue hasta finales del año 2000 que compré un primer disco de ELO: un variado de éxitos que llegó a través de www.cdnow.com. Recuerdo que lo compré para probar la eficacia de un portal que en aquel entonces era pionero en el comercio en línea junto a eBay y Amazon (que solo vendía libros). Durante años atesoré ese ELO´s Greatets Hits (Jet Records, 2000) y disfruté sin parar canciones como “Evil Woman”, “Showdown”, “Telephone Line” y “Mr. Blue Sky”.
Con ese compilado fui feliz por años hasta que la curiosidad me llevó a explorar mucho más en el catálogo del grupo. Es muy probable que mi amigo y colega Mauricio Tamayo tenga algo que ver en ese proceso y, si mi memoria no falla, fue durante el Mundial de Alemania 2006. Recuerdo que disfrutamos de varios partidos de la Copa del Mundo y de paso nos dábamos unos banquetes musicales con litros y litros de Heineken. En una de esas tardes post-futboleras vimos un DVD de ELO en el que Lynne junto a Richard Tandy celebraban el lanzamiento del álbum Zoom (2001). Fue amor a primera vista.
Tamayo tenía varios de sus álbumes más representativos, sabía la historia del grupo y tenía una cantidad de datos que me compartió con el firme propósito de invitarme a explorar otro lado fascinante del rock. Una tarde, en Tower Records del Andino, me encontré con una caja de tres álbumes de ELO a precio “compacto”. Incluía: A New World Record, Face the Music y Out of the Blue. Esos tres álbumes fueron el punto de partida para descubrir una obra sólida y determinante para la historia del rock. De los tres discos de esa colección el que más me gustó fue Out of the Blue donde vienen canciones memorables como “Turn to Stone”, “Sweet Talking Woman”, “It´s Over”, “Night in the City” y “Mr. Blue Sky”, un álbum que de principio a fin nos invita a un viaje maravilloso por sonidos del pop rock beatle, el country rock y el rock sinfónico. Con el paso de los años me obsesioné con ELO y decidí explorar todo su catálogo con paciencia y determinación. Poco a poco se fueron sumando otros álbumes a mi colección como el Live At The BBC (1999) que lo prensó SUM Records en edición colombiana y que recopila presentaciones entre 1973 y 1976, además de Discovery y Zoom que circularon bien en tiendas locales.
Una limitante en el proceso de búsqueda de la obra de ELO en Colombia fue lo mal cuidado y promocionado que estuvo su catálogo por años. Por lo menos Sony Music Colombia siempre funcionó con la ley del menor esfuerzo y, salvo casos puntuales, el mercado solo ofrecía el famoso variado de éxitos que compré en cdnow y algunos álbumes icónicos como Out of the Blue y Discovery, que se vendió bien en LP gracias a “Last Train to London”. En la medida que fui conocido la obra de ELO, entendí que detrás de su grandeza y genialidad hubo un proceso que fluyó en la medida que los estilos evolucionaron a finales de los años sesenta. Mi pasión por descifrar historias ocultas relacionadas con las grandes bandas británicas que he seguido y coleccionado por años me llevó a descubrir unas conexiones fascinantes de ELO con sus antecedentes: The Move.
The Move se formó en diciembre de 1965 en Birmingham por iniciativa de Bev Bevan, Roy Wood, Trevor Burton, Carl Wayne y Ace Kefford inspirados por The Beatles y The Who. Tras una serie de presentaciones locales que generaron buen impacto en la prensa local, Tony Secunda, mánager de los Moody Blues, se ofreció dirigirlos y conseguirles un contrato para producir dos álbumes con el sello Regal Zonophone de EMI. Secunda les insistió que debían componer sus propias canciones y dejar de un lado los covers de los Byrds y de las bandas Motown norteamericanas. Ahí emergió el talento oculto del guitarrista, teclista y cantante Roy Wood con piezas que denotaban su visión de la evolución del rock en ese momento. Esa formación inicial de The Move grabó dos álbumes: el homónimo de 1968 que llegó al top 20 y Shazam (1970), trabajos que lograron un mediano impacto en la movida inglesa del momento, aunque las canciones “Flowers in the Rain” y “Fire Brigade” (puro Beatles) llegaron al top 5 en listas de popularidad en el Reino Unido a mediados del 68.
El sonido de esos primeros álbumes mezclaba psicodelia, pop, folk rock y algo de la movida sinfónica de los Moody Blues. Pero hubo un elemento que en su momento pasó desapercibido y que sería clave para la evolución de The Move a ELO: los arreglos barrocos en las canciones “The Girl Outside” y “Mist on a Monday Moring”. Ahí está la semilla que germinaría como ELO a finales de 1971. En ambas canciones hay arreglos de chelo y violín que le dieron un aire vanguardista, sofisticado y avanzado al disco, muy diferente a la onda sinfónica de The Nice o los Moody Blues donde los teclados mandaban la parada. Sin embargo, esa movida conceptual, ideada por Wood, generó tensiones con los otros miembros del grupo que buscaban mantener un sonido más psicodélico. El segundo álbum de The Move no logró el impacto deseado en gran parte porque el repertorio estuvo lleno de covers con poca fuerza y mucho caos. Kefford y Burton dejaron el grupo para emprender proyectos en solitario con los que no pasó nada. Para suplir sus ausencias, Wood invitó a un viejo conocido de otra banda de Birmingham y que previamente había rechazado la invitación para unirse a The Move.
Los astros se unieron para que el talento incuestionable de Jeff Lynne se sumara a una banda que no encontraba ni el norte, ni el sonido, ni el impacto comercial deseado. Lynne aceptó unirse a The Move como segundo guitarrista y pianista, entusiasmado además con la idea que tenía Wood por hacer música con connotaciones más sinfónicas y con mayor énfasis en las cuerdas. Looking On (1970), tercer álbum de The Move y que marca el inicio de la era Lynne, dejó algunas iniciativas destacadas como “Brontosaurus” y “When Alice Comes Back to the Farm”, aunque lejos del sonido que desarrollarían como ELO.
Wood y Lynne en el estudio tenían una idea de banda pero en vivo plasmaban otra, más cruda, experimental y carente de un propósito sólido y eso selló el futuro de The Move tras el lanzamiento del álbum Message From The Country (1971) y en donde se perciben elementos que en ELO fueron mucho más notorios como la fuerza de las cuerdas y las voces de Wood y Lynne a dúo. Incluso, hay una primera versión de “Do Ya” que reaparecería como ELO en el álbum A New World Record (1976). De Message From The Country también vale la pena tener en cuenta a “Until Your Moma´s Gone” donde queda claro de dónde tomó David Coverdele su particular estilo para cantar el blues rock y la pegadiza “Tonight”, clave para entender el lado más Beatle de ELO en los días de sus primeros tres álbumes en estudio.
El futuro de The Move se terminó de sellar durante unas presentaciones del cuarto álbum en el que incluyeron a dos músicos para apoyar la promoción del disco: Bill Hunt en el saxofón y trompeta y Richard Tandy en el bajo. La metamorfosis se había iniciado y al cabo de un par de semanas, antes de que terminara 1971, The Move pasó a llamarse Electric Light Orchestra.
Con material de sobra que quedó de las sesiones de Message From The Country, Wood, Bevan, Tandy, Hunt y Lynne decidieron tomar otras posibilidades en materia de composición para la nueva banda que finalmente crearía pop rock inspirado en los Beatles, con acento sinfónico y melódico. Una de las composiciones del periodo de transición fue “10530 Overture”, tema que apareció en el álbum debut de ELO lanzado en diciembre de 1971. La ruptura con la onda psicodélica de The Move fue palpable en la medida que el talento de Lynne salió a flote. Su voz era más delicada y cautivadora que la de Wood, además de estar muy marcada por el estilo de canto de George Harrison en Abbey Road: dulce y contundente.
En cuanto al sonido de ELO y el cambio respecto de The Move, basta con escuchar canciones como “Look at me Now” y “Queen of the Hours” para notar cómo la fuerza de las cuerdas y de los vientos se apoderó de la intención musical y narrativa de ELO. Ese sello fue clave para ser únicos en ese momento. Nadie, ni los artistas más visibles de la onda sinfónica inglesa como The Nice, Procol Harum o The Moody Blues, sonaban a ELO, que crearía, además, toda una corriente en torno al uso, como instrumentos líder, de los vientos y los violines en el rock, y muy de la mano de lo que The Beatles ya habían experimentado en Sgt. Pepper´s o en canciones como “Eleanor Rigby”.
ELO empezaba a gozar de cierto reconocimiento en Inglaterra en parte por la labor de su mánager, Don Arden (padre de Sharon Osbourne), que había logrado que algunos temas del disco debut sonaran con fuerza en la radio. Arden no solo logró que ELO firmara con el sello Harvest de EMI para producir tres álbumes, organizó una serie de conciertos por toda Europa. Sin embargo, esa gira fue el punto de quiebre con Roy Wood quien sintió que Arden no cumplió su palabra y su rol de mánager tras algunas fallas en la producción de un concierto en Italia. En medio de las sesiones para el ELO 2, Wood dejó la banda en manos de Lynne que a partir de ese momento tomó el control creativo del grupo y emergió como uno de los más grandes compositores del rock de todos los tiempos.
En ELO 2 (1973) aparece la inmortal y atemporal “Showdown”, la canción que estableció una marca, un sonido y un estilo que funcionó hasta los días del álbum Zoom (2001). Sin ella, ninguna de las piezas icónicas de ELO como “Last Train to London”, “Evil Woman”, “Telephone Line”, “Mr. Blue Sky”, “Strange Magic”, “All Over The World”, “Twilight”, “Shine a Little Love”, “Confusion”, “Don´t Bring Me Down”, “So Serious”, “Livin´Thing”, “Alright”, entre otras, no tendrían sentido.
Cada banda tiene su proceso y su evolución. En el caso de ELO fue toda una metamorfosis con la que dejaron atrás una larva para convertirse en una mariposa monarca que nunca dejó de volar alto. Basta con oír su música, una y otra vez (ojo al Wembley Or Bust de 2017).