Los mejores álbumes de rock de 2023
Selección de novedades y reediciones de lo que MÁS me gustó en 2023
Genesis: BBC Broadcasts
Álbumes oficiales en vivo de Genesis hay cinco (Live, Seconds Out, Three Sides Live, Live: The Way We Walk y Live Over Europe), sin contar el material seleccionado para cajas conmemorativas que salieron entre 1998 y 2009. Esa amplia oferta de grabaciones de conciertos trasmitidos por la BBC en el Reino Unido, brinda una perspectiva inigualable sobre el legado de una banda que siempre estuvo determinada por el cambio y por su capacidad de reinventarse. Genesis siempre sonó muy bien y muy fiel en vivo y eso juega a favor de esta muy completa antología que parece un grandes éxitos “live”. Las canciones fueron curadas y seleccionada por el teclista Tony Banks, quien contó con el apoyo del ingeniero Nick Davis, quien se encargó de mejorar el sonido de los 53 cortes de esta caja de cinco discos, aunque no hay remezclas o remasterizaciones, evidente en la calidad de algunas grabaciones de los años setenta, especialmente los cortes del concierto de Knewborth, 1978. La caja se centra en el periodo liderado por Phil Collins y solo se incluyeron once temas de la era con Peter Gabriel. Más allá de esos detalles que solo les sirven a seguidores ortodoxos, hay un gran valor agregado en la selección de las canciones en vivo porque retratan perfectamente la evolución de la música de Genesis, lejos de descuidar la esencia del rock sinfónico que determinó los inicios de su carrera. Entre los varios puntos destacables de esta antología en vivo están las grabaciones de los conciertos en el Lyceum (1980) y en Wembley (1987) que, aunque habían circulado previamente en formatos en disco laser, beta y VHS, las versiones difieren del material conocido. El quinto disco sorprende gratamente porque finalmente salieron a la luz las grabaciones del show en Knebworth 92, muy diferentes de las versiones del concierto de 1990, que se puede ver completo en YouTube. La caja incluye un libro de 40 páginas con datos relevantes de las grabaciones, los concierto y fotos inéditas. Nos quedaron debiendo en esta caja una versión oficial en CD del Mama Tour de 1984 (circuló en VHS y DVD), que captura, en mi opinión, uno de los mejores performances de Phil Collins liderando a Genesis. No todo es perfecto. 4/5
Depeche Mode: Memento Mori
Cada vez que una leyenda del rock regresa con un nuevo álbum, tras varios años de silencio, la prensa especializada anglosajona suele caer redonda en el terreno simplista de usar adjetivos como “el mejor disco que han hecho desde” o “el mejor álbum que han grabado en este siglo”. Ambas frases han sido el común denominador de algunos medios ingleses y norteamericanos para describir al decimoquinto trabajo en estudio del dúo británico que, tras la muerte de Andy Fletecher en 2022, quedó en manos del cantante Dave Gahan y el guitarrista Martin Gore. Quise entender mejor esas afirmaciones de mis colegas para sustentar parte de esta reseña. Lo primero que hay que tener en cuenta es que Memento Mori es un gran disco, un punto muy alto en la amplia carrera del grupo. No sé si es mejor que Playing the Angel (2005), el segundo álbum que editaron en el nuevo milenio tras un tímido Exciter (2001), o superior en arreglos, letras y composición a Songs of Faith And Devotion (1992), en mi concepto su última obra maestra, de las tres que habitan en su catálogo junto a Violator y Music for the Masses. No se puede negar que de su generación (pensemos en Duran Duran, The Cure, Soft Cell y New Order), Depeche Mode es la banda que mejor ha madurado o envejecido, según la perspectiva. Eso significa que la calidad de sus álbumes en estudio y de sus presentaciones en vivo son superiores, memorables. Sabíamos que no nos defraudarían con su nuevo álbum porque el sencillo “Ghosts Again”, que se lanzó a inicios de febrero, es una joya en todo el sentido de la palabra, un homenaje eterno al tema “Where Are We Now” de David Bowie, con un toque de moderna contemporaneidad. Suena magistral y el videoclip bergmaniano es una obra de arte digna de apreciar hasta el cansancio. Me gusta de este disco la constante presencia de Bowie, DAF, Nitzer Ebb, Kraftwerk (“Wagging Toungue” es una versión moderna de “Europe Endless”) y momentos memorables del sonido ochentero Depeche en canciones como ”Never Let Me Go” y “People are Good”, las más nostálgicas del disco. Incluso tienen la osadía de tomar la influencia de Leonard Cohen para darle vida a otra de tanas canciones perfectas del álbum: “Don´t Say You Love Me”. Memento Mori es un disco oscuro, arriesgado y con un mensaje esperanzador: que la música de calidad todavía es posible, a pesar de los “malos conejos” que mandan la parada comercial. 4/5
Jethro Tull: RokFlote
El vigésimo tercer álbum en estudio de Jethro Tull inicialmente se pensó como un proyecto en solitario de Ian Anderson, con temas instrumentales para flauta, en los que venía trabajando desde los días más intensos de la pandemia. Sin embargo, terminó convertido en una sabia colección de grandes canciones que exploran el paganismo medieval. Por eso la fusión en el título de la palabra islandesa Rök (destino) y Flöte, que en alemán significa flauta. El segundo esfuerzo de Anderson por crear nueva música desde Dot Com (1999) es mucho más cercano a los días de gloria que nos tuvo acostumbrados. Si este es el testamento de Ian Anderson, que lo canonicen de una vez por todas y le hagan una estatua en su natal Dunfermline, la tierra escocesa que vio nacer al trovador más coherente, persistente y erudito de la historia del rock británico. Que la magia de su flauta nunca se apague. Maravilloso de principio a fin. 4/5
Peter Gabriel: i/o
El primer álbum de material original de Peter Gabriel en 21 años se lanzó a lo largo de 2023 durante cada luna llena, así que cuando el disco salió en su totalidad hace un par de semanas, ya estaba asimilado e interiorizado. Es una obra maestra en todo el sentido de la palabra y una pieza conceptual sobre la mortalidad y la renovación, con letras profundas y arreglos maravillosos y doble mezcla: Dark Side Mix y Bright Side Mix. También hay momentos en los que Gabriel baja la guardia de la perfección y se asoma a nuevos mundos a través de sonidos modernos, mientras se pierde en momentos memorables destellos de alegría pop (. La música es impecable, su banda es la de los viejos conocidos de siempre: Levin, Katché, Rhodes, muy bien producido, se nota que el exvocalista de Genesis se tomó en serio el proceso. Su voz suena intacta, como si escucháramos a un cantante en 1992, algo que los seguidores el rock valoramos y apreciamos. 5/5, ¡el disco del año!
Steven Wilson: Harmony Codex
Un disco exigente que requiere de varias sesiones de escucha para ser asimilado adecuadamente. Normalmente, los álbumes en solitario de Wilson tienen algún tipo de tema musical o concepto del que se sostenga. Es como si construyera un álbum entero en torno a un género concreto, variándolo a su propio estilo como sucedió con Insurgentes, la versión de Wilson del postpunk, o The Future Bites con el que revivió los años 80 con música electrónica, pop y mucho synthpop. No existe ese hilo conductor en The Harmony Codex, que parece reunir todas las influencias de Wilson en una sola obra, es una especie de síntesis de su carrera, usando un elemento que fue habitual desde sus días en Porcupine Tree: la escalera que no llega a ninguna parte. A diferencia de sus otros 6 álbumes en solitario, acá la música es el eje conductor, no las letras y las historias. Es su equivalente en ingeniería y sonido a Dark Side of The Moon y para poderlo apreciar adecuadamente, es necesario tener el sistema Atmos, de lo contrario la mitad de la historia se pierde. 5/5
Metallica: 72 Seasons
El nuevo disco de Metallica, —autorreferencial y con exceso de riffs acelerados que evocan temas del inicio de su carrera en 1983 como “Seek and Destroy”, “No Remorse” o “The Four Horsemen”—, es una grata sorpresa por todo lo que es y significa el grupo californiano para la historia del rock, además de ofrecer una luz de esperanza a quienes todavía creen que el rock está muerto. Tras una serie de álbumes de mediana factura, algunos venerados por sus fieles seguidores como Death Magnetic (2008) y Hardwired…to Self-Destruct (2016), y otros destrozados por los críticos más feroces como Load (1996), Reload (1997) y St. Anger (2003), la banda de James Hetfield y compañía ha navegado nuevamente por las aguas más turbulentas del heavy metal para dejarnos un disco fundamental en su discografía, de un total de once en 40 años de carrera. Aunque la mayoría de las canciones apelan a una fórmula y un estilo conocido (por aquella frase “suenan igual que hace 30 años”), de la misma manera que lo ha hecho Ac/Dc, Iron Maiden y los Rolling Stones durante décadas, este disco requería de esos tentáculos al pasado glorioso de Kill 'Em All, Ride the Ligthning y Master of Puppets para revivir la pasión por su música entre los seguidores más críticos y fieles de su obra. Sublime. 4/5
Graham Nash: Now
Sobre el álbum Now hay que decir que es melancolía y elegancia en su máximo esplendor. Y es que no olvidemos que la nostalgia, el sosiego y la determinada capacidad para leer un tiempo y un momento han formado parte del repertorio histórico de Nash como en “Carrie Anne” de los Hollies, “Chicago”, esa joya de su disco debut en solitario de 1971, o la memorable “Our House” que coescribió en los tiempos de Crosby, Stills, Nash & Young y que se publicó en el álbum Déjà Vu. Han pasado siete años desde su última producción en estudio (This Pat Tonight, 2016) y está claro que Nash no ha perdido ni su voz ni la magia para hipnotizarnos con interpretaciones profundas, delicadas, como si este disco se hubiese producido en otro momento, cuanto el tiempo transcurría a otro ritmo. En “Right Now”, por ejemplo, es claro que Nash tenía en su mente a Crosby y hay unas líneas que indudablemente están dedicadas a un hombre con el que compartió más de medio siglo de vida artística: “'ll try to take it easy moving right ahead. Right now, here I am, Still living my life” (“Intentaré tomármelo con calma avanzando, ahora mismo, aquí estoy, todavía, viviendo mi vida”). Evidentemente, es un álbum personal, autorreferencial (“Golden Idols” parece un tema de los días junto a Stills y Crosby a finales de los setenta) y tal vez el más profundo, en su corta e interesante carrera en solitario, desde la narrativa y por aquello de entender el paso del tiempo, su momento y que a sus 81 años tal vez está llegando al último ciclo creativo de su vida. Canciones como “Better Life”, “Love of Mine”, “In a Dream” y “Follow Your Heart” encuentran un significado mucho más personal y asociado a experiencias, felices o dolorosas, que le permiten a Nash ver la vida desde otra perspectiva y a partir de las lecciones aprendidas y lo que puede enseñarnos con esas historias. 3.5/5
Yusuf/Cat Stevens: King of a Land
Para King of a Land, Stevens apeló a la nostalgia en todo el sentido de la palabra y llamó a un viejo conocido, determinante en su éxito en los años setenta: Paul Samwell-Smith, quien produjo Tea for the Tillerman y Teaser and the Firecat. El exbajista de los Yardbirds fue clave para la belleza lograda en este nuevo álbum, porque parece como la continuación de música que quedó inconclusa en 1971. A diferencia de los discos anteriores (The Laughing Apple se configuró de canciones desechadas de los setenta y Tea for the Tillerman 2 es una mirada fresca a su clásico de 1970), y el primero en incluir el apodo de Cat Stevens desde 1978, King of a Land se compone de material totalmente nuevo. Basta con escuchar “Train on a Hill”, la canción que inicia este viaje a la nostalgia, para entender que Stevens no descuida la fórmula que le dio éxito con “Wild World”, un tema que habla de la importancia de moverse hacia adelante cuando la adversidad toca las puertas. La religión, la familia, el paso del tiempo y la inocencia infantil son los ejes temáticos centrales de un disco que por momentos parece conceptual y creado para otro público. La portada del álbum parece, incluso, la ilustración de un libro infantil de Anthony Browne, un rasgo que se traslada a la música que contiene, además de evocar algunos elementos de Teaser and the Firecat en concepto y color. Es un álbum corto, de doce canciones, pero contundente, con temas que difícilmente olvidaremos como “The Boy Who Knew How to Climb Walls”, “Pagan Run”, “How Good it Feels” (con arreglos sinfónicos magistrales), “King of a Land”, “All Nights, All Days” (un tema que parece sacado de 1971) y “Take the World Apart”, una canción que si se hubiese lanzado en los días de la guerra de Vietnam se habría convertido en éxito de la radio comercial, una invitación a buscar la paz y a vivir en paz en tiempos tan convulsionados como los que vivimos. 4/5
Steve Lukather: Bridges
Hay grandes bandas que equivalen a sus líderes más visibles: Jethro Tull es Ian Anderson, Whitesnake equivale a David Coverdale, King Crimson es Robert Fripp y Toto es sello de Steve Lukather. Por caprichos que solo conoce el guitarrista y fundador de la banda que dejó temas memorables como “Africa” y “Rossana”, este disco no salió bajo el nombre de Toto, porque los músicos que allí tocan, como Joseph William, David Paich y Simon Phillips han sido parte esencial e indiscutible de su legado. El caso es que este noveno disco en solitario de Luke es más que una grata sorpresa de buen rock, AOR y piezas, por momentos, progresivas. La canción más destacada es la blusera “All Forevers Must End”, una balada de ruptura reflexiva con la letra asesina: ´Despertar dentro una habitación vacía, lágrimas de ácido me queman la cara mientras contemplo mi perdición´, dice Luke con lamentos que le salen del corazón y que nos recuerdan en forma a clásicos inolvidables como “I´ll Be Over You”. Por momentos es inevitable asociar el disco al sonido clásico de Toto, especialmente en temas como “Not My Kind of People” y “When I See You Again”. Se editó de forma independiente en CD y LP y sin duda se convertirá en un disco muy valorado por sus fieles seguidores ya que Lukather ha anunciado que no volverá a editar música bajo la marca Toto. Amanecerá y veremos, porque los Scorpions y los Eagles hace 15 años se despiden de los escenarios y siguen tocando en vivo…. 3.5/5
Black Sabbath: Live Evil
Nadie hubiese podido anticipar a inicios de 1983, cuando salió al mercado el primer registro oficial en vivo de Black Sabbath, que ese sería el final de la alineación junto al cantante Ronnie James Dio, y tras lanzar dos excepcionales álbumes: Heaven and Hell (1980) y Mob Rules (1981). Esta nueva versión de Live Evil finalmente se oye la batería como es, con toda su potencia y brillo y no como una base acartonada sin alma. El bajo y la guitarra tienen más fuerza, suenan envolventes y la voz de Dio es clara y potente como solían ser sus presentaciones. El material de los dos álbumes cantados por Dio es el que mejor funciona: desde la épica versión en suite de “Heaven And Hell/ Southern Cross” pasando por la memorable “Neon Knights” y “Children of the Sea” que no suenan sino rugen de verdad. El disco incluye algunos clásicos inmortales del grupo de los días junto a Ozzy como “Pranoid”, “War Pigs” y “Iron Man”, que suenan muchísimo mejor que las versiones que conocimos por años. Desde hace un par de años, Iommi le ha dado un mejor tratamiento sonoro al gran legado de Black Sabbath y Live Evil entra a completar una saga que se inició con algunos trabajos memorables de la era Ozzy como el Vol 4, Sabotage y Technical Ecstasy, además de las Deluxe Edition de Heaven and Hell y Mob Rules que salieron el año pasado. Iommi sigue en mora de reeditar la obra junto a Tony Martin, me refiero a los álbumes Headless Crros, Eternal Idol, Tyr, Cross Purposes y Forbidden. 3.5/5
The Who: Who´s Next
Esta reedición, en su extensa edición de 10 discos, trae, entre otras cuestiones, remezclas del álbum original que salió en 1971, y 14 temas extra supervisados por el músico e ingeniero Steven Wilson. En total son 155 canciones con nuevas mezclas y arreglos, 89 de ellas inéditas (es decir, son novedad para los oídos más doctos del mundo Who), además de otros 57 cortes que ya habían sido publicados tanto por The Who como por Townshend en solitario. Pensando en bolsillos realistas (no todo el mundo tiene US$300 para invertir en un Box Set de lujo de una banda de rock), Townshend lanzó una edición doble en CD que incluye la remezcla completa a cargo de Steven Wilson, con un segundo disco que es la joya de la corona porque incluye doce tesoros, varios de ellos inéditos hasta hoy, que serán muy apreciados y valorados por los seguidores del grupo como: una versión descartada de “Behind Blue Eyes” con solo de órgano a cargo de Pete, descartada para la versión final del disco y que hizo parte de las sesiones de grabación en los estudios Record Plant de Nueva York. También aparece una versión cruda, con introducción de piano, cantada por Pete y oculta por casi cincuenta años, de “Getting in Tune”, canción que se concibió originalmente para el proyecto cinematográfico Life House (por eso la reedición de este disco incluye “Life House” en el título). Antes de seguir con los elogios a uno de mis álbumes preferidos de la historia del rock, hago un paréntesis necesario para quienes desconocen cómo se gestó Who´s Next, una de las ironías más absurdas del rock porque fue el resultado de los restos de Life House, un proyecto cinematográfico que Townshend había planeado como continuación de Tommy, y al que John Entwistle, Keith Moon y Roger Daltrey se opusieron rotundamente. A diferencia de lo que sucedía en la dictadura de Pink Floyd con el antisemita Waters, The Who era una democracia. 4/5
Interesting list. Gonna check out Lukather.