¿Mejor solo que acompañado?
Músicos que lejos de sus bandas icónicas dejaron buenas obras en solitario.
A lo largo de las décadas, especialmente de los años setenta en adelante, un sinnúmero de músicos del rock, que fueron parte fundamental de grandes y memorables bandas, también emprendieron proyectos en solitario. Los resultados de esas iniciativas se pueden revisar y analizar desde varias perspectivas o parámetros. No se puede juzgar con la misma severidad un trabajo en solitario de Mick Jagger frente a uno de Richard Wright de Pink Floyd, ¿me explico? Porque uno siempre esperará más de la estrella luminosa y mediática, aunque no siempre la fama o la relevancia están directamente relacionadas con el buen resultado de un trabajo. Wright dejó un par de joyas en solitario para oír una y otra vez. El caso de Jagger es interesante porque la crítica le ha dado palo, y en forma, a su obra en solitario. Pero si uno oye varios de esos discos como She´s The Boss o Primitive Cool desde una mirada desprevenida y bajo la premisa de disfrutar, se sorprenderá. Y ambos, son grandes álbumes. Que a la Rolling Stone no le haya gustado ambos, es otra historia. En las iniciativas en solitario también encontramos casos exitosísimos como los de Phil Collins, Rod Stewart, Peter Gabriel, Paul Simon, Paul McCartney, Steve Winwood, entre tantos otros, que merecen otro articulo para entender por qué su obra en solitario fue tan o más grande que con sus respectivas bandas o conjuntos. A continuación, una selección de joyitas en solitario que nunca está demás conocer.
Tony Banks: Still (1991)
Tras la gira del álbum Invisible Touch, los miembros de Genesis se tomaron un merecido descanso. Collins y Rutherford se dedicaron a sus proyectos y Banks estuvo un tiempo en su casa, disfrutando de su familia, viajes, entre otros placeres. A inicios de 1991, no era claro si Genesis grabaría un nuevo álbum (finalmente We Can´t Dance salió a finales de ese año) y a Banks le empezó a dar ansiedad por crear. Tenía algunas ideas desarrolladas y llamó a viejos conocidos como el bajista Pino Palladino, el guitarrista Daryl Stuermer, el baterista Vinnie Colaiuta y los cantantes Andy Taylor, Fish y Nik Kershaw. El resultado es un gran tercer disco en solitario, que suena a pop de los años ochenta y que tiene en las tres canciones que canta Kershaw sus momentos más destacados, aunque el tema “Angel Face”, interpretado por Fish, parece sacado de los mejores días de Marillion.
Richard Wright: Broken China (1996)
Tras la gira de The Division Bell, Gilmour, Wright y Mason se retiraron de los escenarios para dedicarse a otros proyectos. Mason escribió un libro sobre Pink Floyd, Gilmour recorrió gran parte de Europa y Medio Oriente con su esposa Polly Samson y Wright se dedicó al cuidado de su mujer que sufría de depresión profunda. Esos meses de cuidados, clínicas, ansiolíticos, trastornos, peleas, frustraciones y dolor fueron suficientes para que el célebre teclista desarrollara ideas y letras sólidas para un álbum conceptual de principio a fin. Sumó a algunos conocidos como Pino Palladino, Anthony Moore, Sinéad O'Connor (canta dos canciones, entre ellas la hermosa “Breakthrough”), Tim Renwick, Manu Katché, entre otros, que hicieron aportes fundamentales en su segundo y último trabajo en solitario. Gilmour, a quien Wright invitó a cantar una canción, finalmente no participó del álbum. Un disco que conserva la marca y esencia de Pink Floyd y que se sostiene por la calidad de sus canciones.
Peter Hammill: Nadir´s Big Chance (1975)
El quinto álbum en solitario del vocalista de Van Der Graaf Generator se grabó justo cuando Hammill había decidido reformar el grupo, tras una pausa de cuatro años (1971-1975) en los que se dedicó a su carrera y produjo grandes trabajos como Chameleon in the Shadow of the Night (1973). El caso de Nadir´s Big Chance es muy interesante porque las once canciones del álbum fueron interpretadas, compuestas y arregladas por los cuatro Van Der Graaf, pero por un capricho contractual con Charisma/Virgin el álbum salió como si fuera de Hammill en solitario. Cuenta con un par de joyas en las que Hammill, una vez más, demostró sus cualidades como cantante: “Airport”, “Shingle Song”, “Been Alone So Long” y el remake de “People You Were Going To” que apareció en el disco debut de VDGG.
Pete Townshend: Empty Glass (1980)
El final de la década de los setenta no fue fácil para The Who. Durante la grabación de Who Are You (1978) el baterista Keith Moon murió de una sobredosis. Aunque Townshend, Entwistle y Daltrey se las arreglaron para terminar el disco, el futuro para el grupo era incierto sin una parte fundamental para su música y su parte rítmica. Townshend sobrellevó el dolor de la pérdida de Moon componiendo canciones para un posible álbum de The Who dedicado al gran baterista. Sin embargo, en la mitad del proceso a lo largo de 1979, Townshend decidió que lanzaría un segundo álbum en solitario (técnicamente es su tercero su tomamos en cuenta el disco Rough Mix con Ronnie Lane de 1977) con diez canciones originales, a diferencia de lo que pasó con Who Came First (1972) que estaba compuesto de demos que Townshend no usó con The Who. El resultado es un álbum sólido, muy bien producido, que contó con el aporte de grandes músicos como Simon Phillips, Kenny Jones y Tony Butler y en el que quedaron canciones memorables como “I Am An Animal”, “And I Moved”, “A Little is Enough”, “Let My Love Open The Door” (la canción que más ha resonado del álbum) y “Empty Glass”, recuperada de las sesiones de Who Are You.
Jimmy Page: Outrider (1988)
No es un secreto que Page quedó desubicado con el final de Led Zeppelin tras la inesperada muerte de Bonham. Mientras que Plant se reinventó y estableció una sólida y estable carrera en solitario, y John Paul Jones se dedicó a trabajar como productor, el guitarrista tuvo años de confusión, de prueba y error, hasta que encontró un propósito y una motivación para encaminar su carrera. En 1982 fue invitado para componer la música del film Death Wish II con el que no pasó nada. Tras un par de años sin saber qué hacer, a Page se le cruzó en el camino el cantante Paul Rodgers con el que formó la banda The Firm y dejaron dos más que dignos álbumes en solitario entre 1985 y 1986 (el primero es maravilloso). A inicios de 1988, Page decidió invitar a colegas y amigos, entre ellos Jason Bonham y el ex Jethro Tull Barriemore Barlow, para darle forma a lo que técnicamente es su primer y único trabajo en solitario. El resultado es bueno y el disco se salva gracias a la presencia de Plant en “The Only One” y los buenos aportes de Chris Farlowe en “Prisión Blues” (la canción perfecta del álbum) y “Blues Anthem”.
Otros recomendados:
Ian Anderson: Walk Into Light (1983)
Ray Davies: Other People´s Lives (2006)
Brian Wilson: Brian Wilson (1988)
Brian May: Back to the Light (1992)
David Crosby: Thousand Roads (1993)
Keith Richards: Talk Is Cheap (1988)
David Gilmour: Rattle That Lock (2015)
Peter Gabriel: III (1980)
Robert Fripp: Exposure (1979)
Don Henley: Building the Perfect Beast (1984)
Roger Daltrey: McVicar (1980)
Glenn Frey: No Fun Aloud (1982)
John Wetton: Caught in the Crossfire (1980)
David Sylvian: Dead Bees on a Cake (1999)
Steve Winwood: About Time (2003)
Mark Knopfler: Get Lucky (2009)