Una larga espera II: David Crosby, CSN y CSN&Y
Croz ha demostrado en seis décadas al servicio del rock que es de hierro y dará de qué hablar por mucho tiempo, con o sin Nash y Stills. Con Neil Young, no hay caso.
David Crosby: 1971-1989 / 1993-2014
CSN: 1982-1990
CSNY: 1971-1988
El caso de Crosby es tal vez mucho más complejo de analizar que el de otros músicos por la conexión y desconexión con CSN y CSNY y la infinidad de problemas personales que tuvo en los años ochenta. Pero si sacamos sus adicciones y las intermitentes reuniones con Nash, Stills y Young, podemos trazar largos periodos de ausencia de Croz en el terreno de la obra en solitario. Y es que Crosby después de dejarnos el hermosísimo If I Could Only Remember My Name no tenía que hacer nada más. Con ese álbum, que este año cumple cincuenta años, era suficiente. Los inicios de los años ochenta no fueron buenos para él, inmerso en problemas con su adicción a las drogas y el alcohol y varios líos con la policía. A mediados de 1981, Stills y Nash iban muy avanzados con canciones para un álbum que saldría como Stills & Nash pero Atlantic se opuso y forzó el reintegro de Crosby. Su gran aporte para el álbum Daylight Again (1982) fue la majestuosa “Delta”. El disco llegó al número 8 en Billboard, les dio discos de platino, varios temas sonaron en la radio como “Wasted on the Way” y llevó al trío a emprender una exitosa gira por Estados Unidos del que años más tarde quedó un registro en video bajo el título de Daylight Again Live.
Todo parecía volver al curso normal, hasta que Crosby fue arrestado en Texas, a mediados de ese año, por posesión de drogas. Fue el final de la gira y de la relación con Stills y Nash por un tiempo. Durante tres años, Crosby siguió inmerso en problemas con la policía, colaboró esporádicamente con Phil Collins y desarrolló algunas ideas musicales que quedaron en el aire porque en 1985 fue sentenciado a ocho meses de prisión. Su círculo cercano hizo todo para rehabilitarlo y hubo buenos indicios de mejoría a mediados de 1987 cuando se puso en contacto con Atlantic para avisarles que tenía un puñado de canciones para un nuevo álbum en solitario, oferta que fue rechazada. Un par de meses después de la desavenencia de su casa disquera, Croz se enteró de que Young, Nash y Stills estaban trabajando en un posible retorno como CSY, aunque Atlantic exigió la presencia de Crosby, idea que Neil Young condicionó a su rehabilitación y estado emocional.
En noviembre de 1988 apareció en el mercado el muy esperado American Dream de CSNY, tras dieciocho años sin grabar material en estudio. Es un disco que suena más a un proyecto en solitario de Neil Young (“Got It Made”, “Name of Love”, “American Dream”, “This Old House” y “Feel Your Love” son de su autoría) que una obra de los cuatro. Crosby solo aportó en dos canciones y tuvo una tímida presencia en el álbum que, desde su lanzamiento, estuvo condenado al ostracismo porque Young no quiso salir de gira. La crítica tampoco fue considerada con el cuarteto y lo calificó como un regreso “desalentador”, aunque a mí me gusta, sin duda es un gran disco. Es CSNY, ¿qué más quieren?
Crosby, que empezó a tener serios problemas de salud con su hígado, decidió desempolvar algunas ideas que fueron rechazadas para el American Dream y para un álbum posterior al CSN de 1977 y le ofreció a la discográfica A&M su regreso en solitario. Herb Albert y Jerry Moss no iban a rechazar a uno de los compositores más importantes del rock norteamericano y decidieron darle una mano, además de poner a su servicio a Craig Doerge, reconocido por buenos aportes a James Taylor y Jackson Browne. Oh Yes I Can salió al mercado en enero de 1989 y le puso fin a dieciocho años de sequía en solitario del gran Croz. Un álbum que tiene buenos momentos en “Drive my Car”, la muy CSN “Melody”, la rabiosa “Monkey and the Underdog” y “Distances”, injustamente relegada en American Dream.
A finales de 1989 y tras la caída del Muro de Berlín, CSN se reunieron para ofrecer una presentación conmemorativa de un acontecimiento único en la historia de la Guerra Fría. Esa reunión dio lugar para que Atlantic los motivara a componer canciones para un esperado álbum en estudio, tras ocho años sin nuevo material. Live It Up apareció en el mercado en junio de 1990, siendo uno de los discos menos valorados del catálogo del trío, a pesar de un par de buenas melodías como “House of Broker Dreams” y “Yours and Mine”, el único tema del álbum en el que Crosby participó en su composición.
En la década de los noventa, Crosby les dejaría a sus seguidores un hermoso, solemne y nostálgico último álbum en estudio, Thousand Roads (1993), antes de caer en un largo silencio para su obra en solitario durante veintiún años, aunque en 1998 volvió con el poco recordado proyecto CPR junto a su hijo Jeff Raymond. En el álbum de 1993 viene la muy bien ejecutada balada “Hero”, fruto de las colaboraciones de finales de los ochenta con Phil Collins, una canción que inevitablemente suena a “Another Day In Paradise”. Por momentos es un álbum que sonaba al testamento de un hombre enfermo, al borde la muerte, que le debe mucho al entusiasmo de Collins por mantener vivo y activo a uno de sus “héroes”.
A pesar de los constantes achaques de salud, Croz demostró que era de hierro, es el Keith Richards de los norteamericanos, y nos daría motivos de felicidad en los siguientes veintiocho años con reuniones esporádicas con CSNY de las que quedaron algunos álbumes como After the Storm y Looking Forward, pero especialmente de 2014 en adelante cuando su capacidad productiva y creativa en solitario sorprendió a todos sus seguidores gracias a una seguidilla de álbumes en estudio de gran factura como Croz (2014), Lighthouse (2016), Sky Trails (2017), Here If You Listen (2018) y For Free (2021), que tiene una especial colaboración del “Doobie” Michael McDonald.
Próxima entrada: David Gilmour, Eagles, 10cc, New Order, entre otros.
Recuerdo con gran emoción uno de los mejores concierto que he visto en vida. Crosby, Stills, Nash and Young en Fort Lauderdale en el año 2000. Tres horas 20 minutos de impresionante talento, capacidad musical o gozo nostálgico.