¡Volvió Cat Stevens!
Yusuf, como se bautizó tras aquel episodio de 1975, o Cat Stevens como lo conocen generaciones enteras, ha regresado con nueva música y el resultado es más que emocionante.
Cat Stevens
King of a Land
2023
Antes de hablar de Yusuf/Cat Stevens no olvidemos que entre 1967 y 1978 Cat Stevens escribió páginas doradas para la historia del rock por cuenta de una serie de álbumes que le dieron el calificativo de estrella. Pero más allá de esos adjetivos inventados por la prensa de la época, el talento del británico brillaba solo y su capacidad para componer temas memorables e inolvidables era evidente. De una serie de discos experimentales que se encasillaron entre pop y algo de coqueteo con sonidos sinfónicos en la onda de los Moody Blues como fue el caso de su debut Mathew and Son (1967), Stevens encontró su momento estelar entre 1970 y 1971 gracias a dos trabajos perfectos donde aparecieron sus canciones más conocidas, aquellas que marcaron a nuestros padres: me refiero a Tea for the Tillerman (1970) y Teaser and the Firecat, dueño de la genialidad de “Wild World”, “Where do the Children Play”, “Father & Son”, “Moonshadow”, “Peace Train”, “Sad Lisa”, “Morning Has Broken” y “How Can I Tell You” (con versiones en español a cargo de Génesis de Colombia y Compañía Ilimitada).
La vida de Stevens tuvo un inesperado vuelco en 1975 tras un suceso trascendental que le cambió la vida. Mientras nadaba en el Océano Pacífico, frente a la costa de Malibú, California, fue arrastrado mar adentro. Temiendo una muerte inminente, invocó al Todo Poderoso suplicándole que si se salvaba dedicaría el resto de su vida al servicio de Dios y de la religión. En ese momento, una suave ola lo regresó a la orilla. En 1977, tras recibir un Corán de regaló, supo cuál sería su destino a partir de ese momento: estar al servicio del islam. Back to Earth (1978) fue el último álbum que le entregó Stevens a Island Records y desde entonces desapareció del radar de los medios. Se dedicó al trabajo benéfico y comunitario (no solo en Inglaterra, en diversos países bajo el manto del islam), fundo en 1983 una escuela y un centro de estudios del islam en el norte de Londres, viajó a diversos países de África y Medio Oriente donde se formó como imán y también siguió haciendo música. En los años noventa publicó en Inglaterra algunas grabaciones litúrgicas (The Life of the Last Prophet y Prayers of the Last Prophet) bajo su nuevo nombre: Yusuf Islam, discos que se han convertido en anhelo de cazadores de joyas perdidas de la música.
Parte de su desconexión con la música pop-rock se debió a una interpretación literal de algunas lecturas del Corán que lo llevaron a tomar esa decisión (era pecado hacer rock). Sin embargo, en 2005, y tras una serie de debates con sus maestros, Yusuf comprendió que en el rock no había ningún mal, ningún pecado que atentara en conta de la fe musulmana y decidió retomar su camino en la música popular, la misma que lo consagró en los años setenta. An Other Cup fue muy bien recibido, deleitando a un público que soñaba con volver a escuchar su inconfundible voz, sus melodías memorables y sus conmovedoras letras. Es un gran disco y de todos los relacionados con el segundo aire de su carrea, puede ser el mejor. Fue un inesperado regreso que removió recuerdos entre sus más fieles seguidores. Stevens en ese álbum apeló a una fórmula que desde entonces le ha funcionado bien: recuperar melodías del pasado y darles un nuevo aire (escuchen el tema “Heaven/Where True love Goes” que toma la parte final de la “Foreigner Suite” de 1973). Entre 2006 y 2017, Yusuf lanzó otros álbumes, de buena factura, que conservan la fórmula inconfundible de su arte: Roadsinger, Yusuf, Tell ‘Em I’m Gone y The Laughing Apple, todos con música original y algunos covers, y en 2020 regrabó Tea for the Tillerman, con muy buenos comentarios de la crítica.
Para su nuevo álbum King of a Land, Stevens apeló a la nostalgia en todo el sentido de la palabra y llamó a un viejo conocido, determinante en su éxito en los años setenta: Paul Samwell-Smith, quien produjo Tea for the Tillerman y Teaser and the Firecat. El exbajista de los Yardbirds fue clave para la belleza lograda en este nuevo álbum, porque parece como la continuación de música que quedó inconclusa en 1971. A diferencia de los discos anteriores (The Laughing Apple se configuró de canciones desechadas de los setenta y Tea for the Tillerman 2 es una mirada fresca a su clásico de 1970), y el primero en incluir el apodo de Cat Stevens desde 1978, King of a Land se compone de material totalmente nuevo.
Basta con escuchar “Train on a Hill”, la canción que inicia este viaje a la nostalgia, para entender que Stevens no descuida la fórmula que le dio éxito con “Wild World”, un tema que habla de la importancia de moverse hacia adelante cuando la adversidad toca las puertas. La religión, la familia, el paso del tiempo y la inocencia infantil son los ejes temáticos centrales de un disco que por momentos parece conceptual y creado para otro público. La portada del álbum parece, incluso, la ilustración de un libro infantil de Anthony Browne, un rasgo que se traslada a la música que contiene, además de evocar algunos elementos de Teaser and the Firecat en concepto y color.
Es un álbum corto, de doce canciones, pero contundente, con temas que difícilmente olvidaremos como “The Boy Who Knew How to Climb Walls”, “Pagan Run”, “How Good it Feels” (con arreglos sinfónicos magistrales), “King of a Land”, “All Nights, All Days” (un tema que parece sacado de 1971) y “Take the World Apart”, una canción que si se hubiese lanzado en los días de la guerra de Vietnam se habría convertido en éxito de la radio comercial, una invitación a buscar la paz y a vivir en paz en tiempos tan convulsionados como los que vivimos. La música de Yusuf/Cat Stevens conserva su mística, su belleza y todos los elementos conocidos por sus seguidores. Acá no hay sorpresas ni experimentos para sonar moderno. Su sonido y su marca tan particular no ha cambiado mucho, su voz se conserva intacta, de la misma manera que esa mística y nostalgia de los años setenta que sin duda le permite conectar inmediatamente con su público más fiel. Un muy esperado regreso que no defrauda y emociona.
Escuche el álbum:
Q emocionante q El Gran Cat Stevens regrese, y este al alcance… Es para no perderselo!